Alas Sentados sobre el desnivel de la carretera que lleva al aeropuerto están los dos, él viendo los autos pasar y contando los rojos, ella mirando las nubes. —Oye. —Dime. —Las nubes no son de algodón.—dice ella provocando que él pierda la cuenta y la mire a los ojos.—Hace mucho frío allá.
No sé si me estaban temblando los ojos o toda la cabeza. Me sentía como si estuviera en esa película del efecto mariposa, como si estuviera a punto de viajar en el tiempo y encontrarme con una versión más joven de las personas que conozco para modificar un acontecimiento importante y así revolver mi presente.